La audiencia ha decidido que...
... debe abandonar la casa: Amor. Con esa frase Mercedes Milá provocó anoche la salida de una de las mejores concursantes que ha tenido el programa. Amor era frescura, descaro y una bomba sexual. En la casa hay gente que merceía la expulsión mucho más, sobre todo porque algunos son de un soso tremendo, por ejemplo, el canario, que es un pesado con tanta guitarra. Además ¿quién le ha dicho a este chico que sabe cantar? Claro que anoche dejó muy claro que tampoco sabe leer. Hizo el mayor de los ridículos al intentar leer la prueba semanal del programa. Cualquier niño de primaria lo hubiera hecho mejor, y es que la ESO hace estragos. También acabó el juego de las gemelas, que ya se estaba haciendo pesado y provocó la entrada de una psico-bollo-freak que es socióloga. ¡Toma ya! Al menos parece que va a dar algo de juego.
En el plató, la Milá decidió agarrarla con Rebeca la kinki, un ser abyecto y respulsivo amante del reggaeton, y no la dejó hablar excepto para disculparse con Amor, a quien había llamado "travesti de mierda", "travelo en celo" entre otras cosas. Quizás debería mirarse ella primero en el espejo antes de decir nada.
Claro que Mercedes tampoco estuvo muy fina en el programa de la semana pasada, donde hacía chistes con el "badajo" de la concursante. Siempre he admirado a Merche, pero necesita algún curso sobre la identidad de género y que alguien le explique que la sexualidad de Amor no está en su vagina. Por unos instantes mientras, veía la gala de anoche, deseé que aparecieran La Veneno y Richy Bastante para ver si elevaban el nivel cultural de los que estaban presentes en el plató. Pero sin duda, lo mejor de la noche fueron los fallos de sonido que nos permitieron escuchar las instrucciones que se le daban a la presentadora desde realización y que provocó que, por una vez, viéramos a la fiera de la Milá seguir como una caniche las instrucciones del Gran Hermano.